Descubre los peligros de este insecto y los mejores momentos para tratar de evitar su proliferación
El pasado 15 de septiembre, el Ayuntamiento cerró inscripciones para solicitar las ayudas de los tratamientos contra la procesionaria del pino. Durante el año, el Consistorio realiza labores de tratamiento y control de plagas en todo el arbolado público, incluyendo el forestal. Independientemente de esto, compete a los vecinos en virtud de lo recogido en la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid y la Ordenanza Municipal de Medio Ambiente, mantener las parcelas de su propiedad en condiciones de limpieza y salubridad, y esto incluye el tratamiento de la procesionaria.
Pero ¿qué es la procesionaria del pino?
El insecto recibe su nombre por la característica forma que tiene de desplazarse, en fila india, como si formara parte de una procesión; así como por su anidación en los árboles, especialmente en coníferas, comúnmente conocidas como “pinos”.
Aunque como especie interacciona beneficiosamente con otros elementos del ecosistema, la procesionaria presenta también un riesgo. Sus característicos pelos urticantes pueden provocar reacciones alérgicas, irritaciones en la piel y mucosas y, en los casos más graves, problemas respiratorios.
Es por esto que, en caso de detectar la presencia de procesionaria en parcelas privadas, se aconseja a los vecinos recurrir a especialistas cualificados en la aplicación de los tratamientos anti-plagas.
Recomendaciones generales
La procesionaria puede suponer un problema para la salud de algunas personas y animales, especialmente durante los meses de invierno y primavera. Se recomienda al acudir a zonas ajardinadas como colegios, jardines públicos y privados, parques, bosques o zonas caninas, no tocar las orugas ni sus nidos y, en caso de plaga, evitar el acceso de niños y mascotas a las zonas afectadas.
¿Cuál es el mejor momento para iniciar un tratamiento?
Existen calendarios orientativos de actuación que marcan los periodos más idóneos para la prevención y el control de la procesionaria en nuestra región. Dichos plazos pueden variar en función de la evolución climática o de las condiciones meteorológicas de cada año.
De manera orientativa se plantean los siguientes tratamientos y períodos:
- Tratamientos preventivoscuando las orugas se encuentran en los bolsones (de septiembre a octubre)
- Eliminación mecánica de bolsonesen árboles infestados y monitoreo (de noviembre a enero)
- Empleo de trampas de collar cuando las orugas ya descienden al suelo (de febrero a marzo)
- Labores culturales y de control del entorno durante la fase de pupación, o lo que es lo mismo, cuando la oruga forma su crisálida para realizar la metamorfosis (de abril a junio)
- Trampas de feromonas cuando vuelan las polillas ya convertidas en adultos (de junio a agosto)
La fumigación con agentes biológicos (como Bacillus thuringiensis) estará reservada solo para los casos en que resulte estrictamente necesaria. En todos los casos, el objetivo será minimizar el impacto ambiental y garantizar tanto la protección de la biodiversidad como la seguridad de vecinos y mascotas.

