Mireya Sanz es jugadora de baloncesto y miembro de la Selección española U15 y U17. Fue en esta última cuando se proclamó tercera en el Mundial de México del pasado verano. Jugando en la U17 Selección madrileña cadete también alcanzó el pódium ocupando el primer puesto como campeona de España de selecciones autonómicas, junto con otras 3 jugadoras de BT. Actualmente, Mireya compagina entrenamientos y clases con el objetivo de convertirse en psicóloga deportiva. Agradecida y constante, la joven reconoce el apoyo de su familia, de sus compañeras y del Club, que supo reconocer su potencial y acompañarla en el proceso hasta convertirse en la jugadora que es hoy en día.

¿Cómo y cuándo comenzaste a interesarte por el baloncesto? ¿Ya te interesaba desde niña?

No, para nada. De pequeña no hacía mucho deporte. Como extraescolar iba a pintura, pero no se me daba bien, y entonces mis padres me obligaron a jugar al baloncesto. Desde el primer entreno, aunque no quería ir, fui constante. Iba todos los días y ahí ya me empezó a gustar muchísimo.

Has pasado cuatro años en BT y has crecido como jugadora en su programa de desarrollo. ¿Qué es lo que más valoras de tu formación en el Club? 

Con el Club genial, han sido siempre muy cercanos, ayudándome en cada cosa que he necesitado. Cualquier duda, cualquier entreno extra que necesitase, sesiones de fisioterapia… me lo han dado todo para mejorar como jugadora y como persona.

¿Has necesitado mucho fisio? ¿Te has lesionado alguna vez?

Sí, he tenido un par de lesiones. De rodilla sobre todo y luego alguna más leve. Se pasa mal… pero al final se superan. Son parte del camino. Es raro en un deporte que nunca te hagas nada, todos hemos estado ahí.

Vamos con las competiciones, porque has estado en varias. En 2023 lograste el quinto puesto en el Campeonato de España a nivel de clubes con BT. ¿Cómo recuerdas ese torneo?

Me acuerdo de todo, fue una experiencia increíble. Era nuestro último campeonato de cadete y teníamos que darlo todo. Fuimos ganando y ganando… no nos lo podíamos creer. Los cuatro primeros de aquel campeonato fueron SPAR Gran Canaria, Casademont Zaragoza, Unicaja Andalucía y Joventut Badalona. Me lo sé de memoria porque pensábamos que íbamos a ir a más y mirábamos la clasificación todo el rato. Al final son cuatro canteras muy potentes a nivel nacional…

¿Cómo es ganar en solitario y cómo cuando ganas con tu equipo?

Somos amigas, nos apoyamos en todo lo que ganamos e igual que yo estoy súper orgullosa de lo que ellas ganan individualmente, creo que ellas también lo están de mí. Mi equipo es un apoyo, siempre que me vengo abajo por la presión ellas están ahí ayudándome, al lado, sin dejar que me rinda en ningún momento.

¿Cuál dirías que ha sido tu mayor éxito hasta la fecha?

Tercera del mundo en México. Ahí en el otro continente, bastante bien. No me puedo quejar. Yo no iba con presión porque al final el objetivo era que me convocasen para la preselección y una vez me cogieron ya la experiencia era para disfrutarla. Estar entre las 12 mejores de España es una locura y ya estar allí rodeada de toda la gente que es buena en su país, compitiendo a nivel internacional… es algo inimaginable.

¿Algún momento que destaques de ese Mundial de México?

El partido contra Japón. Venía de hacer dos partidos muy malos y estaba nerviosa. Entonces me llamó mi madre y me dijo que no me rindiese, que podía con todo… y dije pues ya está, a disfru-tar y que sea lo que tenga que ser. Y salió bien. Si disfrutas del deporte, las cosas terminan saliendo.

Compaginas los entrenamientos individuales y colectivos con la preparación física y las clases de segundo de Bachillerato, que es un curso muy exigente, ¿cómo lo haces?

Pues cuesta bastante, la verdad. Pero al final con las horas que tienes haces todo lo que puedes, no dejas que la pereza te gane. En clase por ejemplo aprovechas el tiempo que estás atendiendo al máximo, si tienes dos horas libres no las vas a pasar tumbada… A la semana tengo tres preparacio-nes físicas, cuatro entrenamientos de dos horas y dos tecnificaciones de una hora. A eso súmale dos partidos semanales y las sesiones de fisio que pueda tener también de recuperación…

¿Qué dirías que te ha enseñado el baloncesto para la vida?

Pues muchísimas cosas.Principalmente paciencia, muchísima paciencia. Que las cosas no son inmediatas, que llevan su trabajo, su tiempo y que no te puedes desesperar porque a la primera no te salga algo, porque al final el camino es caerse, levantarse y, con suerte, conseguirlo.

¿Qué le dirías a una niña de Torrelodones que esté empezando en el baloncesto y te pueda tener como referente? 

Que vaya poco a poco, que trabaje en equipo, porque necesitas a tus compañeras para conseguirlo, que tenga disciplina, cumpla con sus horarios y lo haga bien… pero, sobre todo que no se desespere, que no se rinda, que las cosas al final salen y lo más importante es disfrutar del proceso.