La Escuela de Natación Artística de Torrelodones nació en la temporada 2012-2013 con la ilusión de acercar este deporte a niñas y jóvenes del municipio, sin necesidad de pertenecer a un club federado.
Trece años después son cerca de 70 nadadoras, de entre 7 y 20 años, repartidas en distintos grupos según su edad y nivel: iniciación, benjamín, alevín, infantil, cadete y juvenil.
Bajo la dirección de Paloma Aguilar Pando y Gloria López Bartual -y con la colaboración de Patricia Fuentes Ventura–, el club se ha llevado dos trofeos en la Competición de Rutinas de los 45 Juegos Deportivos Municipales de Madrid, bronce para las infantiles y plata para las juveniles, que con esta competición se despiden de los campeonatos en la capital.
Hablamos con Paloma Aguilar, monitora de natación sincro-nizada y entrenadora auxiliar en esta disciplina.
¿Cómo nació la Escuela de Natación Artística?
La escuela la inició Esther Rodríguez, que actualmente dirige el Club Deportivo Ubuntu. Cuando ella se fue, me quedé yo. Esther empezó porque, aunque nunca había podido hacer natación sincronizada, le encantaba. Estuvo un año aquí y luego intentó iniciar escuelas en todas partes, en Moralzarzal, en Villalba, en Guadarrama… Actualmente el club entrena en la piscina de Los Sauces. Trabajamos mucho juntas, hacemos colaboraciones, los campus de sincro de verano… y ahora hemos entrenado allí para esta última competición, después de que cerrasen nuestra piscina por obras.
¿Las entrenadoras venís del mundo de la natación sincronizada?
Yo nunca he hecho sincronizada. Ni ballet, ni gimnasia rítmica, ni nada por el estilo. Vengo de trabajar en natación, pero no de competir, así que me tuve que formar mucho. Con la Federación nos sacamos el curso de iniciación de monitor de natación sincronizada y luego el de entrenador auxiliar de sincro. He ido aprendiendo poco a poco. De las niñas, de otras entrenadoras, de ir a competiciones… y lo sorprendente es que, aunque ni Gloria ni yo venimos de este mundo, a lo largo de los años nos hemos llevado medallas compitiendo.
¿Cómo ha ido la Competición de Rutinas de los 45 Juegos Deportivos Municipales de Madrid?
Genial, las infantiles han cogido podio, el bronce. Las benjamines han quedado quintas de 25, las alevines séptimas de 18, las cadetes cuartas.
Pero esta temporada nos parece más importante centrarnos en las juveniles, que han quedado segundas alzándose con la medalla de plata. Este será su último año porque las reglas no permiten competir en Madrid una vez pasados los 18 años.
¿Por qué?
Pues en teoría porque son muy mayores, pero realmente es porque no apuestan por el deporte femenino y mucho menos por el deporte femenino senior. La excusa es que al ser juegos deportivos cuentan, digamos, como deporte escolar. Así que, al terminar el instituto, se terminan las competiciones. Pero claro que existiría la posibilidad de sacar una competición para absolutas. Es una pena, además, porque en niñas que entrenan tan pocas horas a la semana, al final no deja de ser una extraescolar, la potencia la tienes a lo largo de los años. Las nuestras ahora están ganando premios, segundas de Madrid, y de repente te dicen que ya no puedes competir.
¿Crees que la natación sincronizada es un deporte sencillo?
Para nada. Creo que, sin venir de él, es el deporte más difícil que conozco. Es horrible (ríe), tienes que convencer a niñas de 8 años de que no van a morir ahogadas, de que se pueden poner boca abajo y aguantar. Muchas de las cosas que hacen ya son complicadas y físicamente exigentes de por sí, pero es que encima lo hacen sin respirar y sin apoyos. Es complicado además orientarse bajo el agua, la propiocepción una vez te metes cabeza abajo se complica y es difícil explicarles a las niñas cuándo y hacia dónde tienen que girar. Mi frase estrella es: “Tú hazme caso, sé que parece que no tiene sentido, pero hazme caso”. Tienen una fe increíble y son muy trabajadoras, no solo en el deporte, sino en todos los ámbitos de su vida.
¿Y aun así quieren seguir viniendo?
Sí, mis súper mayores ya van a la universidad y siguen viniendo. A pesar de que su vida es más complicada ahora y de que no las dejan competir en Madrid. Para ser una extraescolar de 2 horas a la semana, las niñas son súper fieles, se quedan 12 y 13 años, muchas veces en grupos grandes. Creo que tiene un mérito increíble por su parte y que nosotras, por la nuestra, algo estaremos haciendo bien.
¿Qué crees que puede aportarles este deporte?
A las pequeñitas sobre todo aprender a trabajar en equipo. Se ha demostrado que los equipos más cohesionados puntúan mejor en las competiciones y las niñas también se sienten más realizadas. Nos decía Paloma Gentil, una de las juveniles premiadas en esta última competición de Madrid, que “lo más importante no es ganar, sino con quien compartes tus logros”. Las niñas aprenden a frustrarse, a no compararse, a centrarse en los propios resultados… También disciplina, ya cuando son más mayores, y buen perder. Salir siempre con una sonrisa y felicitando al rival, que al final se ha esforzado tanto como tú. Luego ya se discutirá si la puntuación es justa, pero nunca hay que hacer de menos al de enfrente.
Reportaje publicado en el nº 408 de la Revista Municipal de Torrelodones. Puede descargar el archivo pdf de la revista aquí



