El 31 de mayo, Ariadne Ruiz-Castillo Raez se hacía con el bronce en el Campeonato de España sub-17 de halterofilia. 

La torrelodonense ganaba así su segunda medalla en el escaso año que lleva entrenando, tras coronarse primera de Madrid en la categoría de 53 kg el pasado mes de marzo. Con una trayectoria que sus entrenadores califican de “prometedora”, la joven deportista ya pone la mirada en el panorama internacional.

Ariadne quedó quinta en el Campeonato de España 2024, tras tan solo 7 meses de entrenamiento, pero no es nueva en esto del deporte. A sus 17 años presume de haber sido oro de España en gimnasia acrobática, una carrera en la que vivió sus luces y sus sombras, con un bajón importante tras sufrir una lesión en el pie de la que ya se encuentra recuperada.

Con la halterofilia ha descubierto un nuevo camino: “Mis padres me dijeron que tenía que seguir entrenando, así que después de dejar la gimnasia probé con el CrossFit. Iba simplemente a pasar el rato, no me lo tomé nada en serio, pero un día me vio un entrenador de halterofilia y me dijo que me veía potencial”. 

Desde entonces entrena con el club HalteroMad cinco o seis días a la semana, entrenamientos que compagina con sus estudios en el Instituto Diego Velázquez de Torrelodones, donde cursa 1^o de Bachillerato en su programa de excelencia.

Para la joven deportista, el secreto está en la fortaleza mental: “Entrenas durante muchos meses, muchas horas a la semana, para salir y, en muy poco tiempo, demostrar de lo que eres capaz. En Arrancada no tienes más de diez segundos y en Dos Tiempos no se te van más de veinte. Hay tres oportunidades en cada ejercicio”, declara. 

A pesar de esto, Ariadne no tiene pensado rendirse. A la pregunta de si tiene ganas de competir en internacional, contesta con cautela: “Yo me he metido en la preselección del europeo, estoy ahí por si acaso, pero es muy difícil. Al final, compites contra gente que lleva siete u ocho años entrenando y yo acabo de llegar. Es como si en un concurso de refranes compites contra tu abuelo (ríe)”. 

Ariadne mira ahora hacia el futuro y, reconoce, estaría muy orgullosa de poder, en algún momento, representar a su país.