¿Cuáles son las especialidades de la clínica?

Tenemos logopedia, fisioterapia y psicología. Las fuertes son psicología y logopedia que es precisamente la que llevamos nosotras, ya que ambas somos logopedas. 

¿Qué os diferencia de otros centros similares?

El trato directo con las familias y el trabajo que hacemos juntamente con los otros especialistas. Es fundamental. Además, siempre que tenemos un paciente en edad escolar procuramos implicar a todo su entorno (familia o profesores) para que la terapia sea más completa y efectiva. Resulta esencial a la hora de desarrollar el tratamiento. Piensa que en la sesión con el paciente se obtiene cierta información pero necesitamos más. 

También nos diferenciamos en que somos el único sitio que tiene concierto con todas las sociedades médicas, o casi todas, de la zona. No hay ninguna clínica, al menos que sepamos, que atienda con sociedad médica.

¿Habéis notado aumento de abusos con las redes sociales?

Creemos que ahora hay muchísimos más casos y todo esto ha repercutido también en el bullying. Es realmente preocupante. Estamos intentado sacar proyectos en institutos y colegios para abordar este tema y prevenir este mal porque tenemos numerosos adolescentes muy fastidiados.

Se habla mucho de la mala salud mental de los jóvenes, sobre todo a raíz de la pandemia

Fue un contexto complicado. Los que ahora son adolescentes entonces estaban en preadolescencia. Una etapa muy importante para ellos y estaban encerrados. Para los niños pequeños también fue difícil. Cuando abrimos, tras la pandemia, empezaron a llegar muchos casos con problemas de lenguaje porque necesitaban una cercanía con sus profesores que entonces no fue posible.

Seguimos sin darle importancia a la salud mental 

La gente es un poco reacia. Por ejemplo, en pacientes mayores que han pasado un ictus, un Parkinson recién diagnosticado o cualquier patología, les cuesta mucho. Es muy difícil convencerlas. Pero es fundamental acudir a un psicólogo porque el problema irá a más y hay que prepararse. Luego hay gente que, si no está fatal, no va al psicólogo. Sin embargo, es mejor no esperar tanto. Cuando estás mal por un duelo, por un problema que no sabes solucionar y te preocupa más de lo normal, es buen momento para acudir a un profesional. A veces necesitamos que nos den un empujoncito.