11/08/2012, undécimo día del Diario de bitácora del Rally

Los dos días que nos esperan son básicamente de convivencia con los niños. Mauritania, es totalmente distinto a lo que hemos visto hasta ahora, Marruecos a su lado parece un país extremadamente occidental.
La miseria, el desorden y la basura son visibles en Nouadhibou. Las cabras son el servicio de basura de la ciudad, son capaces de comerse ropa, cartones y lo más inimaginable, lo único que dejan es el plástico. Es increíble también la cantidad de niños y senegaleses que hay.
Pese a estar cerca del orfanato, los niños no suelen ir a la playa, así que les llevamos a pasar la mañana. Nada más llegar, en tan solo 2 minutos, tenemos a nuestro alrededor unos 70 niños jugando con nosotros. Se hace difícil distinguir cuales son del orfanato y cuáles no, llegamos a temer perder a alguno.
Pasamos toda la mañana juagando, bañándonos… es agotador. De vuelta a la Jaima para comer, pasamos por el matadero de camellos y sinceramente se me quito el apetito.
Por la tarde decidimos hacer algo de turismo y bajar a la ciudad, también visitamos el cementerio de barcos y Cap Blanc (en el extremo sur de la manga de tierra donde está Nouadhibou). Durante el trayecto tuvimos algún percance con el coche, aprovechando que todo eran caminos de tierra y que el coche había llegado sin problemas, algunos decidimos hacer algo de rally.
En Cap Blanc nos encontramos con el Vice Cónsul español en la ciudad, les invitamos a cenar y aceptaron la invitación. Estuvimos todos juntos cenando en la Jaima, y se interesaron mucho por el proyecto del orfanato, de hecho, al día siguiente vinieron a visitarlo.
La verdad es que fue un encuentro muy agradable, pudimos mantener conversaciones muy interesantes sobre la situación de Mauritania y África.