02/08/2012, segundo día del Diario de bitácora del Rally

Nos levantamos con la luz del sol y nuestra primera misión es la de cambiar dinero. Mientras lo hacemos nos llama Onda Madrid y hacemos una entrevista en la radio sobre el rally y nuestro objetivo. Al final, entre la entrevista y el cambio de dinero, se nos olvida desayunar pero da igual porque empezamos a adentrarnos por Marruecos esta vez ya en solitario.
En pocas horas nos hemos convertido en expertos en montar y desmontar la baca, ahora es una operación muy sencilla.
Hoy nos toca hacer bastantes km de camino al sur y nuestra primera parada es Assilah, un pueblo costero muy bonito, con cierto aire ibicenco con un centro bonito y cuidado. Es aquí también donde nos llevamos nuestro primer susto con el coche. Tras visitar el pueblo y hacer la primera foto del rally, el coche decide no arrancar. No hace ningún ruido extraño, simplemente no arranca… Tras algunos momentos de incertidumbre y sin saber muy bien que hacer, volvemos a intentar arrancarlo y lo hace a la primera. Sinceramente no sabemos mucho de mecánica, pero tampoco queremos preguntar mucho. De momento arranca y ha sido solo un susto. Esperamos que no dé más.
En nuestra ruta hacia El – Jadida nos ponen nuestra primera multa por exceso de velocidad. Marruecos está plagado de controles de velocidad y era inevitable que ocurriera antes o después. Son 300 dírhams de multa (unos 30€) por ir 4 km/h por encima de velocidad permitida. Sin comentarios…
El – Jadida es una ciudad bastante fea, pero con un mercado lleno de gente y con muchísimo movimiento, la verdad es que es muy interesante pasear entre sus puestos. Aquí perdemos una foto. Había que fotografiar una cisterna portuguesa y al llegar ya la habían cerrado, es una foto menos en nuestro libro de ruta. Al final del rally descubriremos que pocos pudieron hacer esta foto, llegando a marcar la diferencia a la hora de ganar.
Aunque un poco lejos, decidimos continuar nuestra ruta hacia Essaouira y dormir allí. El paisaje es cada vez más rural y mayores y niños nos saludan a nuestro paso.
Todavía no hemos comido y como es Ramadán, es difícil encontrar algún restaurante abierto. Marco cada vez se pone más nervioso por la comida. Finalmente paramos a comer algo por primera vez sobre las 20:30h. No hay mucho donde elegir, así que nos atiborramos de chocolatinas y dulces.
Llegamos a Essaouira bastante tarde, pero decidimos dar una vuelta por la ciudad que está bastante animada. Nos hacemos ilusiones de dormir en un hotel con spa, pero no podemos asumir el coste.
Ya hemos observado en varias ciudades que cerca de las carreteras hay gente agitando un manojo de llaves, no sabíamos muy bien que significaba, pero tras mucho debate decidimos que lo que ofrecen es alojamiento, así que decidimos parar junto a uno de ellos y efectivamente así es. Tras algo de regateo, conseguimos un piso enorme con ducha (no muy limpia) por solo 280 dírhams.
Por primera vez en el viaje conseguimos una ducha y un colchón, algo duro pero en definitiva colchón.
Tras el aseo personal de cada uno, algunos quedamos algo hipnotizados con la tele, son varios días sin verla, aun así pronto salimos de su embrujo. Algunos aprovechan para limpiar algo de ropa.
Aunque cansados, el hambre puede más y decidimos bajar al centro. Hace bastante frio y por cuestiones de azar, nos decidimos refugiar en un restaurante (prácticamente vacío) donde hay un grupo de artistas cantando y bailando. Pudimos disfrutar de un Tajine, de música y baile por un precio muy barato.

 

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