05/08/2012, quinto día del Diario de bitácora del Rally

Tras una noche con todo el grupo, recogemos rápido y salimos los primeros en dirección Trafaute. En la etapa de hoy nos esperan muchas fotos y una aventura inesperada.
Seguimos por nuestra ruta por el Atlas hacia el Sahara. Las fotografías de esta etapa son difíciles; mojones en el camino, pueblos sin nombre que no aparecen en el mapa, señales, caminos no marcados…
Tras tomar las primeras fotografías, el libro de ruta nos indica tomar un camino de tierra y piedras. Al cogerlo no sabíamos que nos esperaban 40 km de una pista con mucho polvo, piedras y bajadas y subidas pronunciadas. Para aligerar un poco el peso, Chicho se tiene que colocar en lo alto de la baca y con la Palestina aguanta el polvo y el calor.
Salimos del camino con el coche y nosotros mismos llenos de polvo hasta arriba y la amortiguación bastante tocada.
Después de esta polvareda encontramos un oasis donde nos refrescamos un poco para seguir con el camino hasta que no podemos continuar más, nos encontramos en una mina de oro. Algo mal hemos hecho en el camino, así que toca dar la vuelta y rehacer lo hecho (son pocos km). A nuestro regreso nos encontramos al equipo de la Policía Local de Navalcarnero, con los que continuaremos hasta casi el final del rally.
Junto a ellos vamos haciendo las fotos de puntuación, incluido algún desvío largo por interpretar mal las señales. Nosotros llevamos desde por la mañana con ¼ de agua y ¼ también de gasolina, y lo peor de todo, por momentos no hay ni rastro de tienda o gasolinera alguna.
La ruta nos lleva hasta la garganta de Ait – Monsaur, un impresionante valle de palmeras con una temperatura envidiable. En el valle conseguimos por fin agua. La ruta continúa hacia Trafaute y allí nos encontramos a parte del convoy del rally, nos decidimos sumar y comer con ellos cerca de las perres belues, obra de un artista belga. Otra vez más compartimos comida, risas y anécdotas.
Salimos hacia la siguiente parada de nuestro rally Timoulaye, hacemos las paradas de rigor de aprovisionamiento de la cena y algunos incluso hacen compra de chilabas y pañuelos. Yo por otro lado me entretengo viendo jugar al futbol a los locales del lugar con un bonito atardecer de fondo.
Al llegar la noche, durante el Ramadán, todos los pueblos cobran una especial vitalidad.
Hechas las compras toca buscar un sitio donde dormir y tras visitar varios, decidimos tirar por un camino y dormir debajo de uno de los pocos árboles que hay. La tarea de montar las tiendas se hace un poco difícil, las piquetas no clavan y se ha levantado un fuerte viento.
A nosotros nos toca cenar pasta con atún, una vez más…

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