06/08/2012, sexto día del Diario de bitácora del Rally

Nos despertamos algo doloridos por las piedras y agradecemos la compra del día anterior de Marco, porque nos sirve de desayuno.
Marco se ha convertido en el cocinero del grupo. Su obsesión es la comida, solo piensa en comer, y pese a que nos metemos mucho con el por eso la verdad es que se agradece en momentos como los de hoy donde un poco de leche y magdalenas nos saben a gloria.
Seguimos nuestra ruta con los compañeros de la Policía Local. Empezamos a sospechar que no vamos muy bien puntuados en el rally. El libro de ruta daba la opción de escoger una ruta alternativa, donde cada foto contaba el doble, debido a la dificultad del camino. Nosotros decidimos no hacerla (ya que nadie más se animaba), pero algunos decidieron hacer las dos primeras fotos de la ruta alternativa, ya que eran de fácil acceso. La mayoría de los equipos han hecho esas dos fotos, nosotros no. Este dato, sumado a que de momento no tenemos ninguna foto subido a un burro (si, esa foto también da más puntos) nos hace pensar que no estamos muy bien posicionados, y que en todo caso, los compañeros con los que llevamos unos días viajando serian nuestros máximos rivales.
Hoy ponemos rumbo a la playa. Pensábamos q íbamos a tardar más, sin embargo, en tan solo 3 horas hemos llegado a Tan Tan Playa. A partir de este punto todo nuestro camino discurrirá cerca del mar.
Cada vez estamos más próximos al Sahara Occidental y eso se puede comprobar en una mayor presencia militar marroquí, por primera vez nos han pedido las fotocopias de nuestros pasaportes, e intuimos que a partir de aquí nos la pedirán mucho mas (efectivamente fue así).
Al llegar a El Ouatia decidimos pasar, por fin, un día tranquilo. Cogemos un camping cerca de la playa, encargamos pescadito frito para cenar, y nos vamos a la playa a darnos un chapuzón. La playa es algo rocosa, pero se agradece un día de relax.
Compartimos comida y cigarros con el equipo de la Policía Local. Después, algunos decidimos dormir la siesta y escribir este diario, mientras otros se vuelven a ir a la playa.
Tras una tarde relajada, cenamos pescadito frito. Un poco de variedad en nuestra alimentación se agradece bastante. Para bajar la comida decidimos dar una vuelta por el pueblo, que con la caída del sol se ha animado bastante. Tomamos un té en una cafetería del lugar, y decidimos superar otra de las pruebas del rally; cortarse o afeitarse el pelo en una barbería local. Escogemos una llena de símbolos del Barça, pese a ser la mayoría madridistas. Durante todo el viaje hemos podido comprobar que la afición por el Barça es increíble, se pueden contar por cientos los jóvenes que llevan las camisetas del club.
Ha habido muchas reticencias, pero al final todos nos convencemos de cortarnos el pelo o afeitarnos. Los polis se afeitan todos, dejándose un bigote. Marco se afeita sin más. Chicho y Jaime se hacen una cresta, y yo simplemente me corto el pelo.
Con nuestro nuevo look y muchas risas, nos vamos a dormir.

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